_ 1998_
El ordenador me acaba de preguntar si estoy listo para comenzar a escribir. Supongo que es necesario ser tan estúpido como una máquina para hacer la pregunta adecuada. No solo no estoy preparado para comenzar a escribir sino que no lo estoy para nada.
Me da miedo utilizar las que, probablemente, son las palabras adecuadas. Durante demasiado tiempo he abusado de los adjetivos grandilocuentes y las hipérboles. Ahora, de pronto, mi vida se ha detenido, recorrida por el mismo hálito maléfico que invade el palacio de la bella durmiente.
Me he quedado permanentemente encerrado en una habitación de hospital. Las fotos de dos niños que sonrien recortados contra el follaje son las únicas ventanas abiertas a la vida; el resto del universo, atrapado entre esas paredes, se disgrega, deshaciendose con el ritmo preciso y terrible de un metrónomo.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Entropía
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